El miércoles 9 de marzo del 2011, iniciamos el periodo cuaresmal, en dicho periodo, todos los cristianos estamos invitados a vivir un proceso constante de conversión interior y de avanzar en el conocimiento y en el amor de Cristo Jesús nuestro Salvador.
Los motivamos a que vivan esta experiencia renovadora desde nuestro propio ámbito de vida, aprendiendo de Jesús a amar a nuestro prójimo, y en especial poniendo mayor atención a los que sufren. Tomemos el tiempo para disfrutar del recogimiento espiritual y tomemos conciencia de nuestra Fe Cristiana, en este tiempo particular es importante:
- Hacer Oración, tanto personal como en familia
- Ofrecer ayuno, pero con una actitud positiva, no con sufrimiento,
- Dar limosna, la cual nos ayuda a solidarizarnos del sufrimiento de los demás, o hacer obras de caridad
Que esta cuaresma no pase desapercibida, pongamos empeño en cambiar aquello con lo que sabemos que ya no podemos vivir, que realmente nos convirtamos y creamos en el evangelio, lo cual es justamente el símbolo de la señal de la Cruz que se nos ha impuesto.
Tomemos la señal de la cruz en nuestra frente y mostremos con orgullo a nuestro prójimo (compañeros de trabajo, amigos o familia) que somos católicos en la búsqueda de purificar nuestro corazón con el fin vivir la pasión, muerte y la gloriosa resurrección de nuestro Señor Jesús.
Oremos en comunidad, en familia, sigamos alimentando el fuego del amor en medio de nuestra familia cristiana.
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Tener fe es ACEPTAR los designios de Dios aunque no los entendamos, aunque no nos gusten. Si tuviéramos la capacidad de ver el fin desde el principio tal como Él lo ve, entonces podríamos saber por qué a veces conduce nuestra vida por sendas extrañas y contrarias a nuestra razón y a nuestros deseos. Tener fe es DAR cuando no tenemos, cuando nosotros mismos necesitamos. La fe siempre saca algo valioso de lo aparentemente inexistente; puede hacer que brille el tesoro de la generosidad en medio de la pobreza y el desamparo, llenando de gratitud al que recibe y al que da. Tener fe es CREER cuando resulta más fácil recurrir a la duda. Si la llama de la confianza en algo mejor se extingue en nosotros, entonces ya no queda más remedio que entregarse al desánimo. La creencia en nuestras bondades, posibilidades y talentos, tanto como en los de nuestros semejantes, es la energía que mueve la vida hacia grandes derroteros. Tener fe es GUIAR nuestra vida no con la vista, sino con el corazón. ...
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