«El que no quiera trabajar que no coma» (2 Tes 3,10), dice san Pablo; quien ha de comer tiene que trabajar. El deber de trabajar arranca de la misma naturaleza. «Mira, perezoso, mira la hormiga...», y mira la abeja, y aprende de ellas a trabajar, a ejercitar tus cualidades desarrollando y haciendo crecer y perfeccionando la misma creación. Que por eso naciste desnudo y con dos manos para que cubras tu desnudez con el trabajo de tus manos y te procures la comida con tu inventiva eficaz. El trabajo será también tu baluarte. Te defenderá del demonio, que no ataca al hombre trabajador y ocupado en su tarea con laboriosidad. Absorbido y tenaz. Te defenderá del ataque de la carne, porque el trabajo sojuzga y amortigua las pasiones, y con él expías tu pecado y los pecados del mundo con Cristo trabajador, creando gracia con Él y siendo redentor uniendo tu esfuerzo al suyo, de carpintero y de predicador entregado a la multitud y comido vorazmente por ella.
Así es como el trabajo cristiano, se convierte en fuente de gracia y manantial de santidad. Pero si el hombre debe continuar creando con Dios, su trabajo debe ser entregado a la Iglesia y a la comunidad humana, llamada toda al Reino. El que trabaja, cumple un deber social. Ahora bien, si el trabajo es un deber, si el hombre debe trabajar, el hombre tiene el derecho ineludible de poder trabajar, de tener la posibilidad de ejercer el deber que le viene impuesto por la propia naturaleza, por el mismo Dios Creador, Trabajador, Redentor y Santificador.
Así es como el trabajo cristiano, se convierte en fuente de gracia y manantial de santidad. Pero si el hombre debe continuar creando con Dios, su trabajo debe ser entregado a la Iglesia y a la comunidad humana, llamada toda al Reino. El que trabaja, cumple un deber social. Ahora bien, si el trabajo es un deber, si el hombre debe trabajar, el hombre tiene el derecho ineludible de poder trabajar, de tener la posibilidad de ejercer el deber que le viene impuesto por la propia naturaleza, por el mismo Dios Creador, Trabajador, Redentor y Santificador.
Después de leer el texto:
¿Qué significa para ti trabajar?
¿Sientes el trabajo como fuente de gracia y manantial de santidad?
¿Crees que quienes trabajan lo viven como el modo que tienen para cooperar con la Creación de Dios?
¿Qué elementos se deben tener en cuenta para que una persona se plenifique desde el trabajo que realiza?
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Así es, el trabajo es alimento para el espíritu; y quien trabaje nunca padecerá.
ResponderBorrarexcelente!!1
ResponderBorrarSI UNA PERSONA ES ENFERMA, ATEA O CRISTIANA, Y QUIERE TRABAJAR Y NO TIENE LOS MEDIOS FISICOS PARA HACERLO COMO SE DEFINE EL TRABAJO
ResponderBorrarTiene que trabajar por ellos ;D
BorrarNosotros podemos ser todo lo que querramos pero nunca dejaremos e ser hijos de Dios,el trabajo es lo que dignifica a la persona lo que la hace valiosa ante los ojos del señor,aun haciendo lo que no nos agrada,no hay incapacidad que lo impida,al realizar nuestro trabajo debemos hacerlo siempre como si estuvieramos sirviendo a DIOS el nos dio todo para poder hacerlo.
ResponderBorrarEsto es la pura verdad
ResponderBorrarpor esa razon hay muchos bagos, y rateros callejeros que son peresosos, no saben trabajar solo se mantienen de lo que roban para sostenerse la vida.
ResponderBorrarel concepto del trabajo es universal, por lo que no se aplica únicamente a los que son creyentes.
ResponderBorrarLa palabra no puede ser mas clara. hay que merecer.
ResponderBorrarlos que no pueden hacer trabajo físico tal vez pueden hacer trabajo espiritual, perfeccionandose a si mismos y a su comunidad
ResponderBorrarSí te encomiendas a Jehová. El cansancio se elimina y tú esfuerzo es recompensado de mil maneras!.
ResponderBorrarSALUDOS Y BENDICIONES. MUY EMOTIVO Y DIRECTO.
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