
¿Por qué Jesús es puesto a la prueba? ¿Cuál será el sentido de esta elección por parte de Dios? Jesús apenas había salido de las aguas del Jordán, envuelto por la presencia del Espíritu y con la voz del amor en su corazón: «¡Eres mi Hijo, el amado!». Y ahora este Hijo es llamado a pasar el camino fatigoso del desierto donde el agua es cosa rara, la vegetación escasa, la habitación imposible. La tentación, de los mil rostros, quiere alejar a Jesús de su misión filial: Si eres Hijo, sálvate a ti mismo usando el poder divino que el Padre ha puesto en tus manos. ¡No aceptes los limites de tu condición humana! Considera como fuerza de éxito tu igualdad con Dios y aprovecha! ¡Vive de Dios!

Desde la tentación a la adoración del verdadero Dios hay que recorrer inevitablemente el largo camino del desierto que purifica, despoja, discierne: «Hijo si te acercas a servir al Señor, prepárate para la prueba» (Sir 2,1). Dios es amor, y como tal requiere de sus hijos la prueba de la libertad. El amor es tal, sólo cuando es libremente aceptado y donado. Jesús pasa por la prueba del Hijo libre.
Oración
Padre, concédenos un corazón penitente,
totalmente orientado a Ti,
que nos abra a la inteligencia de la prueba
y a la esperanza y a la experiencia liberadora
y filial de tu amor
en continua búsqueda de tus caminos. Amén.
Padre, concédenos un corazón penitente,
totalmente orientado a Ti,
que nos abra a la inteligencia de la prueba
y a la esperanza y a la experiencia liberadora
y filial de tu amor
en continua búsqueda de tus caminos. Amén.
Fuente: www.paoline.org
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