Ambientación
Nos disponemos para acoger el texto como Palabra de Dios. Puede ayudarnos una breve oración inicial invocando al Espíritu Santo, un canto apropiado o unos instantes de silencio.
Lectura atenta del texto (lectura)
En este primer momento fijamos nuestra atención en el pasaje elegido para descubrir el mensaje de fe que encierra. Observamos que es un pasaje de Lucas, un evangelista que escribió alrededor del año 80-90 para una comunidad cristiana que necesitaba ser afianzada en su fe. Con un hermoso relato, Lucas les dice que Jesús ha resucitado y que la Escritura nos ayuda a descubrirlo.
• Proclamación de Lc 24,13-35.
• Reflexionamos en silencio: leemos de nuevo el pasaje personalmente y consultamos las notas de nuestra Biblia.
• Entre todos tratamos de responder a estas preguntas:
¿Cómo cambia la situación de los discípulos entre el inicio y el final del episodio?
¿Qué hace posible esta transformación tan radical?
¿Cuál es el mensaje de fe que recoge este relato?
Nos dejamos interpelar por la palabra (meditación)
En este segundo momento buscamos descubrir el mensaje del texto para nuestra situación personal, comunitaria, social. Jesús resucitado sigue haciéndose presente en el camino de la vida, en las Escrituras, en la fracción del pan y en la comunidad.
• ¿Alguna vez la escucha o la lectura de la palabra de Dios te ha ayudado a entender lo que te pasaba y a iluminar tu vida?
• ¿Son para nosotros la Biblia, la eucaristía y la comunidad lugares de encuentro personal con Jesucristo? ¿Qué podríamos hacer en concreto para convertirnos en testigos entusiastas del Resucitado?
La Palabra nos pide una respuesta (oración)
En este tercer momento respondemos a la Palabra de Dios, expresando en forma de oración aquello que el pasaje de la Escritura nos sugiere para decirle a Dios. Podemos pedirle, por ejemplo, que al escuchar su Palabra se abran nuestros ojos y arda nuestro corazón con el fuego de la fe.
• Volvemos a leer pausadamente Lc 24,13-35
• Compartimos en voz alta nuestra oración.
• Podemos acabar cantando juntos «Quédate junto a nosotros».
Nos disponemos para acoger el texto como Palabra de Dios. Puede ayudarnos una breve oración inicial invocando al Espíritu Santo, un canto apropiado o unos instantes de silencio.
Lectura atenta del texto (lectura)
En este primer momento fijamos nuestra atención en el pasaje elegido para descubrir el mensaje de fe que encierra. Observamos que es un pasaje de Lucas, un evangelista que escribió alrededor del año 80-90 para una comunidad cristiana que necesitaba ser afianzada en su fe. Con un hermoso relato, Lucas les dice que Jesús ha resucitado y que la Escritura nos ayuda a descubrirlo.
• Proclamación de Lc 24,13-35.
• Reflexionamos en silencio: leemos de nuevo el pasaje personalmente y consultamos las notas de nuestra Biblia.
• Entre todos tratamos de responder a estas preguntas:
¿Cómo cambia la situación de los discípulos entre el inicio y el final del episodio?
¿Qué hace posible esta transformación tan radical?
¿Cuál es el mensaje de fe que recoge este relato?
Nos dejamos interpelar por la palabra (meditación)
En este segundo momento buscamos descubrir el mensaje del texto para nuestra situación personal, comunitaria, social. Jesús resucitado sigue haciéndose presente en el camino de la vida, en las Escrituras, en la fracción del pan y en la comunidad.
• ¿Alguna vez la escucha o la lectura de la palabra de Dios te ha ayudado a entender lo que te pasaba y a iluminar tu vida?
• ¿Son para nosotros la Biblia, la eucaristía y la comunidad lugares de encuentro personal con Jesucristo? ¿Qué podríamos hacer en concreto para convertirnos en testigos entusiastas del Resucitado?
La Palabra nos pide una respuesta (oración)
En este tercer momento respondemos a la Palabra de Dios, expresando en forma de oración aquello que el pasaje de la Escritura nos sugiere para decirle a Dios. Podemos pedirle, por ejemplo, que al escuchar su Palabra se abran nuestros ojos y arda nuestro corazón con el fuego de la fe.
• Volvemos a leer pausadamente Lc 24,13-35
• Compartimos en voz alta nuestra oración.
• Podemos acabar cantando juntos «Quédate junto a nosotros».
Fuente: www.verbodivino.es
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