Ir al contenido principal

Revisión personal desde las Bienaventuranzas


1.- DICHOSOS LOS POBRES EN EL ESPÍRITU...
Jesús está de parte de los que no ponen su corazón en el dinero... Lo contrario es la ambición, el desprecio de los más pobres, la soberbio del rico...

2.- DICHOSOS LOS HUMILDES...
Jesús felicita a los humildes... Lo contrario es el orgullo, la chulería, el no respetar a los otros, sobre todo si son débiles...

3.- DICHOSOS LOS QUE ESTÁN TRISTES...
Jesús se pone de parte de los que lloran y sufren... Estos son también los que se saben compadecer, los que consuelan, los que piensan en los otros...

4.- DICHOSOS LOS QUE TIENEN HAMBRE Y SED DE JUSTICIA...
Jesús felicita a los que trabajan por la justicia... Es justo el que no abusa... el que no engaña, el que no miente ni dice la verdad a medias... el es responsable en su trabajo...

5.- DICHOSOS LOS MISERICORDIOSOS...
Jesús felicita a los misericordioso; o sea, los que perdonan, los que son comprensivos y tolerantes... Los contrarios son los duros de corazón, los que no olvidan las ofensas, los vengativos.

6.- DICHOSOS LOS LIMPIOS DE CORAZÓN...
Jesús nos propone ser limpios de corazón... Lo contrario es mantener sentimientos de envidia, de odio y rechazo.

7.- DICHOSOS LOS QUE CONSTRUYEN LA PAZ...
Jesús felicita a los que trabajan por la paz... Lo contrario de la paz es la violencia, el uso de la fuerza como argumento, y el dejar suelto el mal genio para hacerse oír.

8.- DICHOSOS LOS PERSEGUIDOS POR HACER LA VOLUNTAD DE DIOS
Jesús felicita a los que quieren ser honrados y tal vez por eso son incomprendidos... Lo contrario sería desanimarse y no ser fieles cuando otros hacen burla, o seguir a la masa de la gente en vez de seguir la propia conciencia.

(tiempo de reflexión en silencio) Piensa en aquello que necesita ser transformado por el Señor para que vivas en una mejor comunión con Él y con los hermanos....

Comentarios

Entradas más populares de este blog

San Pablo. De Arabia a Damasco y de Jesusalén a Antioquía

De Arabia a Damasco: “Pablo se fue a Arabia. ¿Es la Arabia que actualmente conocemos? La palabra Arabia designaba en aquel entonces a todos los territorios situados al este del Jordán, estos territorios estaban sometidos a la autoridad romana. Allá estuvo tres años meditando, rezando e instruyéndose en la doctrina del cristianismo. Vuelto a Damasco empezó a enseñar en las Sinagogas que Jesucristo es el Redentor del mundo. Entonces los judíos dispusieron asesinarlo y tuvieron los discípulos que descolgarlo por la noche en un canasto por las murallas de la ciudad. Muchas veces tendrá que salir huyendo de diversos sitios, pero nadie logrará que deje de hablar a favor de Jesús y de su doctrina. De Jerusalén a Antioquía: Pablo decide ir a Jerusalén para conocer a Pedro. Imaginemos Pedro y Pablo de frente ¡Cuantas cosas hablarían! ¡Cómo sería la confrontación de sus experiencias y los deseos de Pablo de conocer mejor las palabras de Jesús de Nazareth! Llegó a Jerusalén y allá se puso tambié

Recapitular las cosas en Cristo

El plan salvífico de Dios, "el misterio de su voluntad" (Ef 1, 9) con respecto a toda criatura, se expresa en la carta a los Efesios con un término característico: “recapitular" en Cristo todas las cosas, las del cielo y las de la tierra (cf. Ef 1, 10). Cristo confiere un sentido unitario a todas las sílabas, las palabras y las obras de la creación y de la historia. El primero que captó y desarrolló de modo admirable este tema de la "recapitulación" fue san Ireneo, obispo de Lyon, gran Padre de la Iglesia del siglo II. Contra cualquier fragmentación de la historia de la salvación, contra cualquier separación entre la Alianza antigua y la nueva, contra cualquier dispersión de la revelación y de la acción divina, san Ireneo exalta al único Señor, Jesucristo, que en la Encarnación une en sí mismo toda la historia de la salvación, a la humanidad y a la creación entera: “Él, como rey eterno, recapitula en sí todas las cosas" (Adversus haereses III, 21, 9). Cri

Tener fe

Tener fe es ACEPTAR los designios de Dios aunque no los entendamos, aunque no nos gusten. Si tuviéramos la capacidad de ver el fin desde el principio tal como Él lo ve, entonces podríamos saber por qué a veces conduce nuestra vida por sendas extrañas y contrarias a nuestra razón y a nuestros deseos. Tener fe es DAR cuando no tenemos, cuando nosotros mismos necesitamos. La fe siempre saca algo valioso de lo aparentemente inexistente; puede hacer que brille el tesoro de la generosidad en medio de la pobreza y el desamparo, llenando de gratitud al que recibe y al que da. Tener fe es CREER cuando resulta más fácil recurrir a la duda. Si la llama de la confianza en algo mejor se extingue en nosotros, entonces ya no queda más remedio que entregarse al desánimo. La creencia en nuestras bondades, posibilidades y talentos, tanto como en los de nuestros semejantes, es la energía que mueve la vida hacia grandes derroteros. Tener fe es GUIAR nuestra vida no con la vista, sino con el corazón.