Las primeras palabras del Apóstol san Pablo en el capítulo 13 de la primera cara a los Corintios son de una elocuencia extraordinaria orientadas a hacernos comprender la grandeza, la belleza y la importancia suprema del Amor.
Podemos mirar en torno, mirar hacia dentro o curiosear hacia fuera; podemos escudriñar el pasado, repasar la historia entera o predecir el futuro… y en ningún lado encontraremos nada más grande y hermoso que el amor.
El Amor es de todos los tiempos, las personas de cualquier lugar o época, tienen todas la misma tarea y el mismo compromiso: vivir el Amor.
Para cualquier habitante de nuestro planeta, chico o grande, rico o pobre, ignorante o sabio, será idéntico el problema si vive en el amor o en el desamor.
La mayor ciencia, el mejor regalo y la máxima sabiduría se sintetiza en el amor.
Podemos continuar la lista comparando el Amor con lo que queramos, con teorías filosóficas o fantasías modernas, pero siempre encontraremos la primacía del Amor que lo supera todo en calidad e importancia.
Has cosas que pueden faltar y no son de estricta necesidad, se puede prescindir de ellas, seguir viviendo y llegar a ser feliz; pero falta de amor en la vida, sí deja en el ser humano un vacío que nada puede suplir y que con nada se podrá nunca llenar.
La persona sin amor poco a poco se empequeñece, se consume y camina en la oscuridad.
Tomado de: Cuatro lecciones de Amor. María Belén
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