No hay nada que lo supere.
Parece que escuchamos nuevamente a San Pablo y que a cada uno nos dijera al oído:
Tú sueñas grandezas, hazañas, aventuras… anhelas un ideal que hierva en tu sangre y rompa todos los condicionamientos preestablecidos… quisieras escalar alturas para llegar a las más altas cimas o alcanzar los más remotos confines…
Tú anhelas subir más allá de las nubes para alcanzar las estrellas, mirar el mundo desde allí y contemplar el cosmos en toda su extensión y belleza.
Dices que estás disponible para afrontar cuanto sea necesario con tal de llegar hasta el triunfo; tienes muchas ilusiones, mucho ímpetu y un gran anhelo…
Pero ven, siéntate un momento y escúchame: te enseñaré un camino más elevado y sublime, el camino del amor. Yo sé que tú anhelas amar, pero tan vez todavía no sabes cuál es la parte del amor que te está reservada en la vida.
No importa si a ti te han amado poco: tú puedes buscar, intentar, aprender… decídete hoy a abrir el corazón para encontrar en su centro el verdadero amor; es la gran prioridad de toda vida.
Pues tener ante ti muchos senderos, pero sin lugar a dudas el amor es el camino mejor. Pero recuerda: La mejor manera de vivir el amor es amando.
Tomado de: Cuatro lecciones de Amor. María Belén.
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