Un lápiz en mis manos sirve para colocar mi nombre. En las manos de William Shakespeare, para crear historias. Depende de quién son las manos.
Una vara en mis manos podrá ahuyentar a una fiera salvaje. En las manos de Moisés hará que las aguas del mar se separen. Depende de quién son las manos.
Una honda en mis manos es tan solo un juguete. En las manos de David es un arma potente. Depende de quién son las manos.
Dos peces y cinco panes en mis manos son unos emparedados. En las manos de Jesús alimentan a una multitud. Depende de quién son las manos.
Unos clavos en mis manos serán suficientes para construir una silla. En las manos de Jesucristo traen la salvación al mundo entero. Depende de quién son las manos.
Como puedes ver, depende de quién son las manos. Así que, coloca tus aflicciones, tus preocupaciones, tus temores, tus anhelos, tus sueños, tu familia y tus relaciones personales en las manos de Dios. Porque recuerda que depende de quién son las manos.
Fuente: Vitaminas diarías para el espíritu. Editorial Paulinas.
bellisimo..... ojala tengamos manos para ayudar a los demas....
ResponderBorrar