El Adviento, es una palabra que significa “espera”, es el tiempo que, como cristianos, empleamos para preparar la celebración de la espera del Señor (no solo como preparación de la Navidad); en el Adviento meditamos la venida del Señor glorificado, al final de los tiempos.
La figura de María resalta en todo el tiempo de Adviento y Navidad… Ella, más que nadie vive la tensión y el gozo de la espera… María puede introducirnos al Misterio de la Encarnación, a la espera gozosa del Adviento, a la alegría fecunda de la Navidad y a la manifestación misionera que en los Magos hace Jesús al mundo.
LA CORONA DE ADVIENTO
Dentro de los símbolos del Adviento se encuentra la “La Corona de Adviento”, es una guirnalda verde, señal de vida y esperanza, decorada con una cinta roja, símbolo del amor de Dios que ha querido compartir –en Jesús- nuestra condición. La guirnalda sostiene cuatro velas o velones, símbolo de los cuatro domingos de Adviento. La luz que cada una de esas velas emitirá simboliza el camino a recorrer en este tiempo particular. La luz, a su vez, indica el sendero, disipa los temores, aclara el camino y favorece la comunión. Semana tras semana se enciende una de las velas: una, el primer domingo; dos, el segundo… ello indica el camino gradual hasta la plenitud de la manifestación que celebramos en esta fecha: Cristo, luz del mundo. Un símbolo, además, elocuente, puesto que indica también el triunfo de la luz-vida – sobre las sombras –muerte- y que nos conecta con el mayor don recibido de Jesús: la vida eterna.
Fuente: Preparemos la fiesta! Adviento y Navidad. Editorial Paulinas Venezuela
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