"No confíen en las personas que jamás se ríen; no son serias". Esta paradójica recomendación introduce inmediatamente en el núcleo del discurso sobre la seriadad. A todos nos gusta que nos consideren como serios pero a ninguno le agrada pasar por demasiado serio, pesado o meticuloso. Es la eterna cuestión del equilibrio.
Para poder identificar algunos sintomas que se manifiestan en forma de pequeñas manías, vamos a dar unas pequeñas pistas:
- Tener las cosas exageradamente ordenadas y que no puedan sufrir modificaciones puede ser que no estés abierto al cambio o la novedad; cosa que puede influir y hacerte perder "la alegría".
- La tendencia de escrutar la vida con el microscopio, puede hacer perder la visión de conjunto. Esto denota que lo que se pretende es controlar al otro y lo que quiere es ir a la búsqueda ansiosa del secreto del otro. Este impulso lo que trae como consecuencia es el control (poder) sobre el otro y al no lograrlo trae infelicidad y la incapacidad de aceptar al otro con su novedad.
- La conmiseración, el lamento permanente, las justificadas reacciones de lamento, antipatía y agresividad hacen al sujeto "pesado", "rígido", y enfermo. Esto denota que la persona esta pasando -o está- por un estado prolongado de miedo, tristeza y rabia. Sería necesario buscar, ir al interior para buscar cuáles son las causas de tal infelicidad.
Aquí te damos una tabla que podría ayudarte para descubrir aquello que te imposibilita estar alegre:
Para el trabajo personal: Después de identificado los factores que te impiden estar alegre, es decir, sonreir con libertad y espontaneidad. Hacer el ejercicio contrario a las pequeñas manías que nos aparecen.
Por ejemplo si buscas escrutar al otro para sacarle toda la información posible, esta vez no lo harás en cambio escucharás a la otra persona de forma atenta y sin elaborar ningún juicio de valor (crítica, prejuicio); o por ejemplo no serás tan empedernido (a) con el orden, tratarás de ver las cosas bonitas de la vidas, admirándote de ello y darás gracias a Dios por ello.
Te recomendamos que veas la película animada Kirikou y la comentes con alguien de tu confianza. Te va a ayudar a tcorregir estos aspectos y abrirte a la novedad que Dios tiene para tí día a día.
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