La Oración es un espacio privilegiado para tener un encuentro profundo con Dios. Cada cual, según su personalidad y lo que ha aprendido en materia de espiritualidad, tiene un método, una forma de sacarle provecho a ese momento.
Para facilitar a algunas personas el proceso de familiarización con la práctica de la oración, te presentamos una serie de pasos inspirados en los textos de san Ignacio de Loyola.
Busca un lugar para tu oración: Escoge un lugar para tu oración. Es importante que sea cómodo y que puedas estar tranquilo, sin que nada ni nadie te distraiga. Según tu creatividad puedes colocarle algunas cosas que te sean significativas, que te ayuden a ese momento de oración. Procura que sea siempre el mismo lugar. Es tu lugar de encuentro.
Concientiza a qué vienes: una vez que has escogido el lugar de oración es necesario que te hagas la pregunta: ¿A qué he venido? y posteriormente te des la respuesta. Por ejemplo: A conocer el amor de Dios, a ver cuales afectos tengo que ordenar en mi vida, etc.
Pacifícate: en una posición cómoda pero que no te induzca al sueño, respira lenta y profundamente hasta que la presión interna baje y sientas serenidad.
Oración Preparatoria: Encomiéndate a Dios. Pídele la palabra oportuna, que ilumine tu vida y tus acciones. Pide el auxilio del Espíritu Santo y pide a Dios que puedas lograr lo que te propones en la oración.
Composición del Lugar: reconstruye con tu imaginación, visualiza la escena que se te propone a contemplar. Puede ser una escena del Evangelio, alguna carta de San Pablo; lo que en la oración se te haya sugerido. Aplica todos tus sentidos.
Materia: Tomando en cuenta la sugerencia de lo que vas a contemplar, mira aquello que tiene más interés para ti y dedicate a ese punto hasta que puedas clarificar lo que Dios te quiere decir con ese punto o pasaje del evangelio a contemplar. Habla con Jesús, con María;
siéntete en confianza y cercanía. Eso es muy importante.
Verificación: es importante hacer el examen de la oración:
- ¿qué paso me fue más fácil y por qué?, ¿cuál paso fue más difícil y por qué?
- ¿cuáles sentimientos me quedaron al final de la oración y por qué?
- ¿Me distraje y por qué?
- y lo más importante es: ¿Qué descubrí o me llamó la atención de mí?
(Fuente: Ejercicios Espirituales para Universitarios, Publicaciones UCAB, ISBN: 9802444103, Caracas, Venezuela, 2005)
Qué bueno que las Paulinas publicaron recursos para los jóvenes....Hacía falta.
ResponderBorrarFelicitaciones, excelente!
Mariam