Jesús desde hace dos mil años viene generando admiración, fascinación e intriga, eso le pasó a a Herodes que no sabía a qué atenerse con la personalidad de Jesús.
Jesús hacia milagros, compartía la mesa con todos, curaba enfermos, sacaba demonios y la gente lo identificaban de diferente manera. Herodes tenía curiosidad de verlo.
Para el cristiano no es cuidad verlo, es una necesidad conocerlo, amarlo, confesarlo, imitarlo y vivir por él hasta la entrega total.
¿Qué buscamos en Jesús? Gracias o milagros.
Dios danos la gracia de adherirnos a ti y seguir tus pasos para generar vida y fraternidad. Conocer a Jesús es vivir en el amor y en familia. Vive en Jesús y alcanzarás la plenitud de tu ser.
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