Ir al contenido principal

IV Congreso Eucarístico Nacional - Venezuela 2011

La celebración del IV Congreso Eucarístico Nacional se realizará en Caracas del 23 al 26 de junio, en el marco de la Misión Continental, y al cual asistirá una representación de todas las diócesis de nuestro país.

El Congreso Eucarístico nos convoca:


A glorificar, como nación cristiana, a Jesús presente en el Santísimo Sacramento;


A reafirmar y proclamar nuestra fe en el Cristo eucarístico, el Cristo del sacrificio supremo por la humanidad;


A reunirnos como Iglesia alrededor de nuestro Señor y Dios para dar una contribución y un impulso especial a la nueva evangelización, partiendo de la asamblea eucarística, de la Palabra y de la oración en común;


A hacer presente el mandato de Cristo: “Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo” (Jn 20, 21). Es el envío que hace el Padre, a través del Hijo, a la Iglesia que camina en la historia, guiada por el Espíritu Santo.


La presencia de Cristo en la Eucaristía, como amigo y compañero de camino que llama a nuestra puerta para compartir la mesa, nos llena de alegría y esperanza.


En este sacramento adoramos a Jesucristo resucitado, realmente presente en el pan y el vino consagrados.


Cada Misa es la actualización de la Última Cena del Señor y de su sacrificio en la cruz, para la salvación del mundo.


Al recibir la comunión, se nos da la fortaleza para amar y servir a Jesús, construyendo el Reino de Dios en este mundo.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

San Pablo. De Arabia a Damasco y de Jesusalén a Antioquía

De Arabia a Damasco: “Pablo se fue a Arabia. ¿Es la Arabia que actualmente conocemos? La palabra Arabia designaba en aquel entonces a todos los territorios situados al este del Jordán, estos territorios estaban sometidos a la autoridad romana. Allá estuvo tres años meditando, rezando e instruyéndose en la doctrina del cristianismo. Vuelto a Damasco empezó a enseñar en las Sinagogas que Jesucristo es el Redentor del mundo. Entonces los judíos dispusieron asesinarlo y tuvieron los discípulos que descolgarlo por la noche en un canasto por las murallas de la ciudad. Muchas veces tendrá que salir huyendo de diversos sitios, pero nadie logrará que deje de hablar a favor de Jesús y de su doctrina. De Jerusalén a Antioquía: Pablo decide ir a Jerusalén para conocer a Pedro. Imaginemos Pedro y Pablo de frente ¡Cuantas cosas hablarían! ¡Cómo sería la confrontación de sus experiencias y los deseos de Pablo de conocer mejor las palabras de Jesús de Nazareth! Llegó a Jerusalén y allá se puso tambié

Tener fe

Tener fe es ACEPTAR los designios de Dios aunque no los entendamos, aunque no nos gusten. Si tuviéramos la capacidad de ver el fin desde el principio tal como Él lo ve, entonces podríamos saber por qué a veces conduce nuestra vida por sendas extrañas y contrarias a nuestra razón y a nuestros deseos. Tener fe es DAR cuando no tenemos, cuando nosotros mismos necesitamos. La fe siempre saca algo valioso de lo aparentemente inexistente; puede hacer que brille el tesoro de la generosidad en medio de la pobreza y el desamparo, llenando de gratitud al que recibe y al que da. Tener fe es CREER cuando resulta más fácil recurrir a la duda. Si la llama de la confianza en algo mejor se extingue en nosotros, entonces ya no queda más remedio que entregarse al desánimo. La creencia en nuestras bondades, posibilidades y talentos, tanto como en los de nuestros semejantes, es la energía que mueve la vida hacia grandes derroteros. Tener fe es GUIAR nuestra vida no con la vista, sino con el corazón.

EL QUE NO TRABAJA QUE NO COMA ...

«El que no quiera trabajar que no coma » (2 Tes 3,10), dice san Pablo; quien ha de comer tiene que trabajar. El deber de trabajar arranca de la misma naturaleza. «Mira, perezoso, mira la hormiga...», y mira la abeja, y aprende de ellas a trabajar, a ejercitar tus cualidades desarrollando y haciendo crecer y perfeccionando la misma creación. Que por eso naciste desnudo y con dos manos para que cubras tu desnudez con el trabajo de tus manos y te procures la comida con tu inventiva eficaz. El trabajo será también tu baluarte. Te defenderá del demonio, que no ataca al hombre trabajador y ocupado en su tarea con laboriosidad. Absorbido y tenaz. Te defenderá del ataque de la carne, porque el trabajo sojuzga y amor­tigua las pasiones, y con él expías tu pecado y los pe­cados del mundo con Cristo trabajador, creando gra­cia con Él y siendo redentor uniendo tu esfuerzo al suyo, de carpintero y de predicador entregado a la multitud y comido vorazmente por ella. Así es como el trabajo cristiano,