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Mostrando las entradas de noviembre, 2009

Los cuatro domingos del Adviento

Los domingos de todo tiempo litúrgico son particularmente intensos, son momentos de contactar fuertemente de seguimiento del Señor. Los domongos de Adviento no son una excepción: son básicos en la vivencia cristiana en el camino que nos prepara para la celebración de la Navidad. Cada creyente y la comunidad cristiana, al recordar la espera del nacimiento del Mesías, anticipa y ratifica la esperanza de su venida gloriosa, momento en el que todo será restaurado y viviremos en la plenitud de su amor. El grito esperanzado de estos días, “ ¡Ven, Señor Jesús! ” , se convierte en descubrimiento de su presencia en el día a día. En otras palabras: hacemos experiencia de que el Señor es, realmente, el “ Emmanuel ”, el “ Dios–con–nosotros ”. Es por eso, que podemos considerar cada domingo de Adviento como una jornada de síntesis de lo vivido en la semana apenas concluida, y de proyección en el camino hacia la Navidad. Describiendo de una manera pedagógica el camino que nos lleva hacia Belén: El p

Oración, Diálogo, Solidaridad y Alegría

El sabio campesino... En una pequeña finca, vivía un sabio campesino con su familia... Realmente era una familia muy apreciada y él, un hombre muy respetado. En cada una de las cuatro esquinas de su propiedad se observaban cuatro frondosos árboles. Todos los días, al amanecer, veían al campesino darse una ronda y acercarse a tocar los cuatro árboles... Cuando sintió que se acercaba el final de sus días, llamó a su esposa, a sus hijos, a sus nietos y les dijo: – En nuestra finca pueden usar para la leña todos los árboles y arbustos, pero aquellos cuatro árboles serán respetados por siempre. El árbol del Norte se llama Oración , siempre busca la voluntad de Dios Padre, bajo la luz de su Palabra. El árbol del Sur se llama Diálogo , siempre busca el bien común y la participación. El árbol del Occidente se llama Solidaridad , siempre busca servir a los más débiles y dar de lo mejor de cada uno. El árbol del Oriente se llama Alegría , siempre brota de celebrar juntos la Fe. La quebrada de ag

Vitaminas para el Perdón

Un cura mendigo, que había abandonado el sacerdocio, confesó a Juan Pablo II En el programa de televisión de la Madre Angélica en los Estados Unidos (EWTN), relataron un episodio inédito de la vida de Juan Pablo II. Un sacerdote norteamericano de la arquidiócesis de Nueva York se disponía a rezar en una de las parroquias de Roma cuando, al entrar, se encontró con un mendigo. Después de observarlo durante un momento, el sacerdote se dio cuenta que conocía a aquel hombre. Era un compañero del seminario, ordenado sacerdote el mismo día que él. Ahora mendigaba por las calles. El sacerdote, tras identificarse y saludarle, escuchó de labios del mendigo cómo había perdido su fe y su vocación. Quedó profundamente estremecido. Al día siguiente, el sacerdote llegado de Nueva York, tenía la oportunidad de asistir a la Misa privada del Papa, a quien podría saludar al final de la celebración, como suele ser la costumbre. Al llegar su turno, sintió el impulso de arrodillarse ante el Santo Padre y p