

Nos preguntamos si todas estas generalizaciones dan una imagen fidedigna de aquello que realmente pensamos la juventud. Quien crea que no nos preocupa que haya jóvenes cuya diversión sea ostigar y linchar a personas por la pigmentación de su piel o por su forma de vestir, que no nos pr
eocupa que todavía exista gente que crea que la mujer es "diferente" al hombre y por ello le asigna un papel inferior en la sociedad, que no nos preocupa que existan personas que por su orientación sexual padezcan una marginación social y carezcan de determinados derechos y libertades, se equivoca.

Quien crea que las y los jóvenes no estamos preocupados por la pérdida de los valores democráticos, en nuestra sociedad, y que con ello corramos el peligro de avanzar hacia un sistema excluyente y homogeneo, se equivoca.
Es falso que las y los jóvenes seamos insolidarios, materialistas, egoistas y pasotas. Lo cierto es que la juventud creemos en la libertad y la igualdad. Asumimos la solidaridad como un medio para conseguir una sociedad más justa, mejor. La experiencia demuestra que cuando un/a joven conoce a una persona que padece algun tipo de injusticia social, intenta ayudarla en la medida que le es posible. Su problema empieza a ser parte de nosotros mismos.
Comentarios
Publicar un comentario