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Mostrando las entradas de enero, 2008

La conversión de San Pablo (Parte II)

En sus epístolas no da detalles sobre este hecho, pero sí afirma que perseguía a los cristianos y que se le apareció Jesús "como a un aborto" (1 Corintios 15; 3-8). Se ha sugerido que este fenómeno podría tratarse de un ataque epiléptico, pues la epilepsia puede ocasionar ceguera temporal y visiones místicas acompañadas de sentimiento de placer (epilepsia extática). También se ha comparado este relato con una experiencia cercana a la muerte se ha dicho que podría haber sufrido un delirio como consecuencia de una insolación, etc. En contra de la hipótesis de una experiencia cercana a la muerte, puede decirse que la luz que se ve en este tipo de experiencias no causa ceguera, aunque no puede descartarse que la ceguera de Pablo sea metafórica y no física, en cuyo caso esta teoría sería más plausible. La hipótesis de una epilepsia del lóbulo temporal derecho es defendida, entre otros, por el neurobiólogo Francisco J. Rubio. Sin embargo, de tratarse de una epilepsia sería atípica,

La conversión de San Pablo (Parte I)

Un episodio clave en la biografía de Pablo de Tarso, sin el cual la historia del Cristianismo probablemente sería bien distinta, es su famosa conversión, que él llamaba en sus epístolas "vocación". Curiosamente, en las obras de arte y en la creencia popular se tiene la imagen de que Pablo se cayó de su caballo, cuando ni en las epístolas ni en los Hechos de los Apóstoles se menciona una caída de un caballo y, es más, pudiera tratarse de un anacronismo. Según los Hechos de los Apóstoles: "Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, vino al sumo sacerdote, y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallase algunos hombres o mujeres de este Camino, los trajese presos a Jerusalén. Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? El dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Y

Pablo de Tarso

Tras la muerte de Jesús, hacia el año 33, comienzan a formarse grupos de seguidores de Jesús. Pablo de Tarso fue un activo perseguidor de estas comunidades bajo la influencia de los fariseos. De hecho el fue de los que participó y asintió en la ejecución de San Esteban, el primer mártir(denominado protomártir) de la iglesia cristiana de aquel entonces, quien cayera víctima de lapidación no como consecuencia de la barbarie de la multitud, si no como cumplimiento de una ejecución judicial, pues Saulo contaba con la venia de Roma. En el año 36, camino a Damasco, tuvo una visión y tuvo una conversión al 100% al cristianismo, que basados en el libro de Hechos de los Apóstoles, fue gracias a una aparición de Cristo, camino de la ciudad de Damasco. Luego de lo cual pide ser bautizado. Comenzó su actividad de evangelización cristiana en Damasco y Arabia. Es perseguido por los judíos y huye a Jerusalén, donde es visto por Bernabé quien lo lleva con Pedro y con Santiago el Hermano del Señor en e

Semana de oración por la unidad de los cristianos

El próximo viernes 18 de enero, comienza la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, que tradicionalmente se celebra del 18 al 25 de enero. El tema elegido para 2008 es: “No ceséis de orar (1 Tes 5,17)” . Los textos han sido preparados conjuntamente por el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y la Comisión Fe y Constitución del Consejo Mundial de Iglesias. Cada día de esta semana tendrá un tema distinto 18 de enero: “Orad siempre. No ceséis de orar (1 Tes 5,17)”. 19 de enero: “Orad siempre, no tengáis confianza más que en Dios. Manteneos en constante acción de gracias (1 Tes 5,18)”. 20 de enero: “Orad sin cesar por la conversión de los corazones. Animad a los tímidos y sostened a los débiles (1 Tes 5,14)”. 21 de enero: “Orad sin cesar por la justicia. Mirad que nadie devuelva mal por mal; al contrario, buscad siempre haceros el bien los unos a los otros y a todos (1 Tes 5,15)”. 22 de enero: “Orad sin cesar con un corazón paciente. Tened p

La Procesión de la Divina Pastora

La procesión mariana más concurrida del país y una de las más impresionantes de Latinoamérica es, sin duda alguna, la de la Divina Pastora. Los larenses tienen a su Pastora como algo propio. Desde 1856, cada 14 de enero , sale la imagen desde la población de Santa Rosa hasta la Catedral Metropolitana en un acto multitudinario, lleno de fe, alegría y colorido. Llega el 14 de Enero y amanece todo un pueblo unido en devoción. Los de aquí, los de allá, en este día no hay diferencias, vamos caminando todos juntos, tropezándonos en alegría, tradición de esta mi ciudad que se viste de gala para festejar con la más hermosa de las pastoras, ella nos guía a nosotros su rebaño de fieles, nos acompañamos en la vía, cantamos, sudamos, reímos, nos tostamos con el sol, unos van delante y otros detrás como flotando en un mar de gente que se pierde en el horizonte movidos por la fe, entonando tu himno que suena a gratitud. Ofrendas, aplausos, lluvia de pétalos, oraciones, promesas, pastorcitos y naza

Los Reyes Magos

Unos Magos venidos de Oriente se presentaron un día ante el Niño Dios y le ofrecieron sus regalos; oro, incienso y mirra. Dones que se han tratado de interpretar de la siguiente forma: el oro, como a Rey; el incienso, como a Dios; y la mirra, como a Hombre. Tres personajes que según la tradición se llamaban: Melchor, Gaspar y Baltasar. Representan a todos los hombres, a toda la humanidad y llegan a dar las gracias al Redentor. Los dones fueron muy bien escogidos, muy apropiados. Los Magos querían decirle a aquel Redentor: "Bienvenido seas a nuestro hogar, a esta pobre tierra". Al menos algunos fueron a dar las gracias. Hoy Melchor, Gaspar y Baltasar somos tú y yo. Somos todos los hombres. Aquel Niño Dios ha vuelto para echarnos una mano, para redimirnos otra vez, -que buena falta nos hace- ¿Qué regalos le hemos llevado? No importa que no tengas oro, porque está muy caro hoy, si tienes algo que vale más que el oro: "tu gratitud, tu amor". No me digas que nunca le das