
La ceniza, viene del latín "cinis", es producto de la combustión de algo por el fuego. Fue así como adquirió un sentido simbólico de muerte, caducidad, y en sentido contrario, de humildad y penitencia.
El Miércoles de Ceniza, el cristiano recibe una cruz en la frente con las cenizas obtenidas al quemar los ramos usados en el Domingo de Ramos previo.

Mientras el ministro impone la ceniza dice estas dos expresiones, alternativamente: "Arrepiéntete y cree en el Evangelio" (Mc1, 15) y "Acuérdate de que eres polvo y al polvo has de volver" (Gén 3,19).

Ceniza: (Del latín cinis, ceniza) Material proveniente de la combustión de algo por el fuego. Simboliza la muerte, la fragilidad de la vida y también la humildad y la penitencia. Las que se imponen el Miércoles de Ceniza se preparan quemando palmas y olivos benditos el Domingo de Ramos del año anterior.
El simbolismo de la ceniza es el siguiente:
a) Condición débil y caduca del hombre, que camina hacia la muerte;
b) Situación pecadora del hombre;
c) Oración y súplica ardiente para que el Señor acuda en su ayuda;
d) Resurrección, ya que el hombre está destinado a participar en el triunfo de Cristo.
b) Situación pecadora del hombre;
c) Oración y súplica ardiente para que el Señor acuda en su ayuda;
d) Resurrección, ya que el hombre está destinado a participar en el triunfo de Cristo.

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