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La persona protagonista de la comunicación

El cuerpo, masculino o femenino, habla en lenguaje suyo, tiene una gramática propia. Cuando la persona está feliz el cuerpo se transforma: aumenta el flujo de sangre al cerebro y son activados neuromediadores. No por casualidad se usan aforismos ligados al cuerpo: reir hasta las lágrimas, la felicidad sale por los poros...el cuerpo es el vehículo de la felicidad y su casa (A. Raspanti, caminos que recorrer, Búsqueda. 1991) Lo otro podemos decir de los otros sentimientos: tristeza, dolor, miedo, indiferencia, envidia, celos, rabia...Estos se manifiestan en expresiones corporales como: nudos en el estómago, brinco del corazón, nudo en la garganta, oleada de calor en el rostro...

Ayuda a conocerse mejor y a la otra persona el concientizar los propios sentimientos y las reacciones del cuerpo frente a ello. El cuerpo es indicativo frente a sensaciones, sentimientos y emociones experimentadas frente a situaciones que hacen de detonante.

Para caer en cuenta de nuestras propias reacciones ayuda hacerse las siguientes preguntas:
¿Quién soy? ¿Cómo y dónde vivo? ¿Qué hago? ¿Cuáles son mis gustos? ¿Cuáles son mis gustos? ¿Que siento frente a determinadas situaciones y que pienso frente a ellas? ¿Qué prejuicios tengo frente a esta situaciones o personas?
Compárte estas inquietudes con un amig@, sacerdote cercano, orientador, etc...


Recuerda que lo que define al hombre como persona es la capacidad para relacionarse con el otro; es decir, la vida en respeto al otro y en reconocimiento del otro como hermano e hijo de Dios igual que yo. Los prejuicios frente a situaciones y valores, experiencias y conceptos dificultan la capacidad de relacionarme con el otro. El cuerpo denota la aceptación o no del otro; la comprensión o no de una realidad; el servir o no.....la capacidad de amar o no.

El hombre que se deja llevar por el espíritu de Dios es aquel que en él habita la plenitud del amor y se expresa en obras de fraternidad: comprensión, compasión, misericordia...es aquél que sigue las huellas del resucitado y las manifiesta en servicio. Su cuerpo es expresión del amor de Dios....

Para profundizar:
¿Cómo tú cuerpo expresa que en tí habita el espíritu de Dios? ¿Cuáles son las obras que indican que te vas configurando en el camino de seguimiento a Jesús?

Ánimo! El Espíritu santo habita en el corazón de cada ser humano y lo conduce hacia el verdadero ideal: Jesús de Nazareth....el camino es largo; pero poco a poco con esfuerzo y oración, nos acercamos a nuestro ideal de persona: Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre

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