Ir al contenido principal

Entradas

La transfiguración

Esta fiesta recuerda la escena en que Jesús, en la cima del monte Tabor, se apareció vestido de gloria, hablando con Moisés y Elías ante sus tres discípulos preferidos, Pedro, Juan y Santiago. La fiesta de la Transfiguración del Señor se venía celebrando desde muy antiguo en las iglesias de Oriente y Occidente, pero el papa Calixto III, en 1457 la extendió a toda la cristiandad para conmemorar la victoria que los cristianos obtuvieron en Belgrado, sobre Mahomet II, orgulloso conquistador de Constantinopla y enemigo del cristianismo, y cuya noticia llegó a Roma el 6 de agosto. La Transfiguración de Cristo representa uno de los acontecimientos centrales en su vida terrenal que se encuentra relatado en los Evangelios. Inmediatamente después de que el Señor fue reconocido por sus apóstoles como “el Cristo (Mesías)”, “el Hijo del Dios viviente”, les dijo que “le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y res...

VIDA DE APOSTOL

Si Cristo hubiese sido únicamente un profeta judío, o un orador romano, o una divinidad griega, se podría haber esperado de él un éxito inmediato gracias a su enseñanza inspirada y a sus milagros. Incluso los 12 podrían entonces haber esperado unos resultados inmediatos. Y también yo podría sentirme con derecho a exigir un trato idéntico. Ojalá su gracia llene mi mente y mi corazón de tal manera, que yo siempre desee cargar, junto a él con las cruces ineludibles de la vida cristiana. Puedes hacer una lectura meditada sobre 2 Cor 6, 1-10 y pensar ¿Cómo es mi vida de apóstol? ¿cómo anuncio la Buena Nueva del Reino? ¿De qué debo convertirme?

Mi puesto en la Iglesia

La lectura bíblica de 1 Cor 12,12-28 nos muestra que si el Espíritu Santo nos ha dado a cada uno dones diferentes, lo ha hecho para edificar el Cuerpo de Cristo que es la Iglesia. Y si Cristo tiene que redimir y rehacer este viejo mundo nuestro, su Cuerpo debe funcionar como un todo bien coordinado. Los pastores deben aprender a confiar en los talentos de los feligreses y aprovecharlos. Los maridos y las mujeres deben aprender a respetarse mutuamente. Y por último, todos tenemos que dejar de lado nuestra mezquina búsqueda de una posición de prestigio y aprender a buscar una realización más elevada de nosotros mismos en la misión que Dios nos ha confiado a cada uno. Desde este texto ¿Qué enseñanzas o retos podemos sacar para una vida comunitaria más acorde con el evangelio? Tomado de : Revista ORAR, Nº 199

La Sabiduría de Dios

Partiendo de la lectura orante de 1 Cor 1, 17-25 podemos afirmar que la sabiduría de Cristo hace que sea una locura la sabiduría de este mundo hecho de adoradores del propio yo. Ante la cruz esplendorosa de la verdad divina ¿qué son “ todos los sabios y los entendidos y los razonadores sutiles de este mundo ”? ¿Y cómo es posible que haya llegado hasta mí un rayo de esa sabiduría divina, que ellos han perdido, para que la poseyera alguien tan pequeño, tan ignorante, tan insignificante como yo? Y si eso es verdad ¿qué estoy haciendo yo de este tesoro? ¿Qué razón habrá movido al Padre a “ servirse de la necedad de mi predicación para salvar a los que crean en ella" ? Este texto es un buen instrumento para reflexionar personal y comunitariamente sobre la relevancia que tiene La Cruz en nuestra vida de creyentes. Tomado de : Revista ORAR, Nº 199

CRISTO VIVE EN MÍ

Lamentablemente, hoy la existencia tiene una grave carencia de espiritualidad y está demasiado saturada de sicología barata. Percibimos por doquier la soledad del hombre y el vacío de la vida. Nos preguntamos si existirá alguien que sea testigo de lo divino, es decir, de un Dios más cercano a nosotros de cuanto podamos estarlo nosotros mismos. ¿Quién llevará a mi vecino a un encuentro personal con Cristo? ¿No podría llevarlo yo? ¿Será orgullo por mi parte si creo que puedo hacerlo? ¿O no será esto más bien un humilde reconocimiento de que lo que se me ha dado no es mío? Si he recibido a Cristo, no puedo esconderlo. Debo ser transparencia de su amor, de su persona. Porque un solo encuentro con él, un encuentro que sea realmente personal, basta para cauterizar las enfermedades del alma en cualquier hombre de este mundo. Recomendamos la lectura orante de Gálatas 1, 11.16; 2, 19-20 para la reflexión personal y grupal. Tomado de: Revista ORAR, Nº 199