Ir al contenido principal

Entradas

Origen de la celebración de la Navidad

La celebración del nacimiento del Señor tiene un origen lejano. Si bien es cierto que los Evangelios no señalan una fecha específica en la cual Jesús haya nacido, ésta ha sido enriquecida por la vivencia de los cristianos de las primeras generaciones quienes, desde las culturas de los pueblos que habitaban, fueron aportando a esta fiesta un especial colorido. Los primeros cristianos, habitantes de Palestina, veneraban la gruta donde Jesús nació, en Belén. La zona, en el año 135, fue confiscada a los cristianos y por disposiciones del Emperador Adriano se implantó allí un culto pagano. Sin embargo, en el siglo III la gruta fue restituida a los cristianos. En el año 326 se construyó, por iniciativa de Santa Elena, la Basílica de la Natividad. Exactamente sobre la gruta de Belén. En ella se celebran vigilias muy solemnes, para festejar la Navidad, hacia los primeros días de enero. Esta vivencia navideña, poco a poco, fue asumida por otras culturas. Mientras tanto, los cristianos romanos c...

Símbolos para el Adviento

El Tronco de Jesé El tronco de Jesé es un símbolo que, poco a poco, comienza a ganar espacio en los ambientes parroquiales y es de inspiración católica. Recuerda la profecía de Isaías 11, proclamada en este tiempo: “Saldrá un brote del tronco de Jesé, un retoño brotará de sus raíces”. Su realización es sencilla: basta tener una rama suficientemente larga, con espacio donde se puedan apoyar las cuatro velas que simbolizan las cuatro semanas del Adviento. Se adorna de forma semejante a la corona: con ramas verdes y cintas, principalmente. Al igual que la corona, cada vela se enciende progresivamente, hasta completar el ciclo de las cuatro semanas de preparación. El tronco de Jesé es un símbolo de profunda raíz bíblica, que valora la esperanza. Del árbol talado irrumpe la vitalidad de Dios, que da sentido y consistencia a la espera. La prueba no ha podido aniquilarlo: ha sido herido, pero no acabado. En él se hace realidad el amor fiel de Dios. El texto es un texto mesiánico, que expres...

Símbolos para el Adviento

El Pesebre o Nacimiento El pesebre es la representación del Nacimiento de Jesús, bien sea este con imágenes de materiales variados, o como dramatización, llamado también “pesebre viviente”. El origen del nacimiento es atribuido a San Francisco de Asís, tres años antes de su muerte. En la Navidad del año 1233, en Greccio, una ciudad de Italia. Él, con delicada ternura, quiso regalar a los habitantes de esa ciudad la memoria viva del nacimiento de Jesús e invitó a todos, esa noche, a asistir a un Pesebre de verdad. Allí representó, con la intervención de sus frailes y de los habitantes de los alrededores, la venida del Mesías. Este gesto marcó profundamente el corazón de las personas y, poco a poco, fue extendiéndose por todas partes. Los misioneros franciscanos también ayudaron a que esta hermosa práctica se difundiera. Desde entonces, el pesebre es una forma de meditar en la humanidad del Hijo de Dios, suscitando en la comunidad cristiana, en las personas, sentimientos de ternura, cari...

Símbolos para el Adviento

La Corona de Adviento La corona de navidad es un adorno común en nuestras casas y su presencia anuncia la cercanía de la Navidad. Particularmente, la corona de Adviento es una guirnalda verde, señal de vida y esperanza, decorada con una cinta roja, símbolo del amor de Dios que ha querido compartir nuestra condición humana, en la persona de Jesús. El uso del pino es simbólico: es un árbol que está siempre verde, e indica vida, esperanza. La guirnalda sostiene cuatro velas o velones, símbolos de los cuatro domingos de Adviento. La luz que cada una de esas velas emite simboliza el camino a recorrer en este tiempo particular. La luz, a su vez indica el sendero, disipa los temores, aclara el camino y favorece la comunión. Su origen se encuentra en Alemania. Allí, a partir del siglo XVI, comenzaron a confeccionarlas, entretejiendo ramas de pinos con cintas rojas e insertando velas. Semana tras semana se enciende, progresivamente, una de las velas: una, el primer domingo; dos, el segundo… lo...

Los cuatro domingos del Adviento

Los domingos de todo tiempo litúrgico son particularmente intensos, son momentos de contactar fuertemente de seguimiento del Señor. Los domongos de Adviento no son una excepción: son básicos en la vivencia cristiana en el camino que nos prepara para la celebración de la Navidad. Cada creyente y la comunidad cristiana, al recordar la espera del nacimiento del Mesías, anticipa y ratifica la esperanza de su venida gloriosa, momento en el que todo será restaurado y viviremos en la plenitud de su amor. El grito esperanzado de estos días, “ ¡Ven, Señor Jesús! ” , se convierte en descubrimiento de su presencia en el día a día. En otras palabras: hacemos experiencia de que el Señor es, realmente, el “ Emmanuel ”, el “ Dios–con–nosotros ”. Es por eso, que podemos considerar cada domingo de Adviento como una jornada de síntesis de lo vivido en la semana apenas concluida, y de proyección en el camino hacia la Navidad. Describiendo de una manera pedagógica el camino que nos lleva hacia Belén: El p...

Oración, Diálogo, Solidaridad y Alegría

El sabio campesino... En una pequeña finca, vivía un sabio campesino con su familia... Realmente era una familia muy apreciada y él, un hombre muy respetado. En cada una de las cuatro esquinas de su propiedad se observaban cuatro frondosos árboles. Todos los días, al amanecer, veían al campesino darse una ronda y acercarse a tocar los cuatro árboles... Cuando sintió que se acercaba el final de sus días, llamó a su esposa, a sus hijos, a sus nietos y les dijo: – En nuestra finca pueden usar para la leña todos los árboles y arbustos, pero aquellos cuatro árboles serán respetados por siempre. El árbol del Norte se llama Oración , siempre busca la voluntad de Dios Padre, bajo la luz de su Palabra. El árbol del Sur se llama Diálogo , siempre busca el bien común y la participación. El árbol del Occidente se llama Solidaridad , siempre busca servir a los más débiles y dar de lo mejor de cada uno. El árbol del Oriente se llama Alegría , siempre brota de celebrar juntos la Fe. La quebrada de ag...

Vitaminas para el Perdón

Un cura mendigo, que había abandonado el sacerdocio, confesó a Juan Pablo II En el programa de televisión de la Madre Angélica en los Estados Unidos (EWTN), relataron un episodio inédito de la vida de Juan Pablo II. Un sacerdote norteamericano de la arquidiócesis de Nueva York se disponía a rezar en una de las parroquias de Roma cuando, al entrar, se encontró con un mendigo. Después de observarlo durante un momento, el sacerdote se dio cuenta que conocía a aquel hombre. Era un compañero del seminario, ordenado sacerdote el mismo día que él. Ahora mendigaba por las calles. El sacerdote, tras identificarse y saludarle, escuchó de labios del mendigo cómo había perdido su fe y su vocación. Quedó profundamente estremecido. Al día siguiente, el sacerdote llegado de Nueva York, tenía la oportunidad de asistir a la Misa privada del Papa, a quien podría saludar al final de la celebración, como suele ser la costumbre. Al llegar su turno, sintió el impulso de arrodillarse ante el Santo Padre y p...