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Mostrando las entradas de abril, 2009

El amor es el camino mejor

No hay nada que lo supere. Parece que escuchamos nuevamente a San Pablo y que a cada uno nos dijera al oído: Tú sueñas grandezas, hazañas, aventuras… anhelas un ideal que hierva en tu sangre y rompa todos los condicionamientos preestablecidos… quisieras escalar alturas para llegar a las más altas cimas o alcanzar los más remotos confines… Tú anhelas subir más allá de las nubes para alcanzar las estrellas, mirar el mundo desde allí y contemplar el cosmos en toda su extensión y belleza. Dices que estás disponible para afrontar cuanto sea necesario con tal de llegar hasta el triunfo; tienes muchas ilusiones, mucho ímpetu y un gran anhelo… Pero ven, siéntate un momento y escúchame: te enseñaré un camino más elevado y sublime, el camino del amor. Yo sé que tú anhelas amar, pero tan vez todavía no sabes cuál es la parte del amor que te está reservada en la vida. No importa si a ti te han amado poco: tú puedes buscar, intentar, aprender… decídete hoy a abrir el corazón para encontrar en su c

El elogio del amor

Las primeras palabras del Apóstol san Pablo en el capítulo 13 de la primera cara a los Corintios son de una elocuencia extraordinaria orientadas a hacernos comprender la grandeza, la belleza y la importancia suprema del Amor. Podemos mirar en torno, mirar hacia dentro o curiosear hacia fuera; podemos escudriñar el pasado, repasar la historia entera o predecir el futuro… y en ningún lado encontraremos nada más grande y hermoso que el amor. El Amor es de todos los tiempos, las personas de cualquier lugar o época, tienen todas la misma tarea y el mismo compromiso: vivir el Amor. Para cualquier habitante de nuestro planeta, chico o grande, rico o pobre, ignorante o sabio, será idéntico el problema si vive en el amor o en el desamor. La mayor ciencia, el mejor regalo y la máxima sabiduría se sintetiza en el amor. Podemos continuar la lista comparando el Amor con lo que queramos, con teorías filosóficas o fantasías modernas, pero siempre encontraremos la primacía del Amor que lo supera todo

La cruz

En ese trato muy fraternal con sus colaboradores, hemos descubierto otra dimensión de sus valores humanos. ¡Ojalá nosotros los evangelizadores del siglo XXI, supiéramos aprender de su magistral lección en cuanto a relaciones humanas con los colaboradores y saberlos involucarar de lleno en nuestras actividades apostólicas. Y ahora le invito a hablarnos de otro tema fuerte de su vida en Cristo: la Cruz, un ingrendiente muy común en nuestro menú diario. De acuerdo a la lógica del Evangelio usted considera la cruz como un valor en contraste con la lógica humana que la rechaza, hasta el punto de que algunos de sus biógrafos hablan de su locura por la Cruz de Cristo. ¿Qué opina de esa apreciación de sus biógrafos? En verdad, yo prediqué con “locura” la Cruz de Cristo. Efectivamente Cristo me envió a proclamar el Evangelio, no con los discursos sofisticados de la elocuencia humana. En tal caso la Cruz de Cristo ya no tendría sentido. Porque el lenguaje de la Cruz resulta una locura para los q