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Mostrando las entradas de noviembre, 2007

ADVIENTO... Tiempo de espera.

El Adviento, es una palabra que significa “espera”, es el tiempo que, como cristianos, empleamos para preparar la celebración de la espera del Señor (no solo como preparación de la Navidad); en el Adviento meditamos la venida del Señor glorificado, al final de los tiempos. La figura de María resalta en todo el tiempo de Adviento y Navidad… Ella, más que nadie vive la tensión y el gozo de la espera… María puede introducirnos al Misterio de la Encarnación, a la espera gozosa del Adviento, a la alegría fecunda de la Navidad y a la manifestación misionera que en los Magos hace Jesús al mundo. LA CORONA DE ADVIENTO Dentro de los símbolos del Adviento se encuentra la “La Corona de Adviento”, es una guirnalda verde, señal de vida y esperanza, decorada con una cinta roja, símbolo del amor de Dios que ha querido compartir –en Jesús- nuestra condición. La guirnalda sostiene cuatro velas o velones, símbolo de los cuatro domingos de Adviento. La luz que cada una de esas velas emitirá simboliza e
Si no puedes ser pino en la cumbre de una colina, sé arbusto en el valle, pero sé el mejor arbusto al márgen de la acequia. Sé ramo si no puedes ser árbol, y si no puedes ser ramo, sé un poco de grama y pinta de belleza y alegría algún camino. Si no puedes ser carretera, sé sendero. Si no puedes ser sol, sé estrella. Lo importante no es el tamaño, la fuerza, el brillo, sino la forma de vivir lo que uno es. Lo importante es que cada uno viva su ser a plenitud! Del libro "Educar valores y el valor de educar"
Encuentra el tiempo para reflexionar, es la fuente de la fuerza. Encuentra el tiempo para jugar, es el secreto de la juventud. Encuentra el tiempo para leer, es la base del saber. Encuentra el tiempo para ser gentil, es el camino de la felicidad. Encuentra el tiempo para soñar, es el sendero que lleva a las estrellas. Encuentra el tiempo para amar, es la verdadera alegría de vivir. Encuentra el tiempo para estar contento, es la música del alma. Antiguo Poema Irlandés

Deseo de agradarte

Señor, Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde acaba. No me conozco realmente, y el hecho de que crea que cumplo tu voluntad no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero no hacer nunca nada aparte de ese deseo. Y sé que si hago eso, tú me guiarás por el sendero recto, aunque yo no lo sepa. Por eso, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo, y no me dejarás que me enfrente solo a mis enemigos. Pensamientos de la soledad, Thomas Merton, 1958.